Es muy probable que hayas escuchado hablar sobre el término greenwashing, pero si no lo conoces te cuento que se debe traducir como “ecoimpostura”, “ecoblanqueo” o “lavado de imagen verde”. Es una práctica que se ha hecho bien frecuente en el campo de la publicidad empresarial, pero todo parece indicar que también ha aterrizado en la política.
El greenwashing es una forma de propaganda en la que se realiza marketing verde de manera engañosa para promover la percepción de que los productos, objetivos o políticas de una organización son respetuosos con el medio ambiente con el fin de aumentar la aceptación entre sus consumidores o electores.
Esta forma de hacer propaganda no es nueva, pero sí ha aumentado en los últimos años para satisfacer la demanda de consumidores que buscan productos y servicios respetuosos con el medio ambiente, o en el campo político por la creciente toma de conciencia de la ciudadanía del valor de las propuestas ecologistas o verdes para la gobernanza de países, regiones y comunas.
En el sitio institucional de las Naciones Unidas, se informa que “el ecoblanqueo representa un obstáculo significativo a la hora de hacer frente al cambio climático”, porque las entidades que utilizan sus esfuerzos para convencer al público que sus medidas de impacto medioambiental son mayores de las que efectúan en realidad, desvían la atención y retrasan la adopción de medidas concretas y reales.
En la campaña para las elecciones regionales y municipales hoy en curso es notable el aumento de la cantidad de candidaturas, así como de partidos políticos y coaliciones de partidos, que se autodefinen “verdes”.
Por ejemplo, a fines de agosto del año pasado se constituyó el partido Alianza Verde Popular, que se define además como el primer partido animalista de Chile. Aquí viene la primera alerta o redflag porque el animalismo está estrechamente ligado con el veganismo; de lo contrario hablamos de especismo o más claramente “mascotismo”, que es el cuidado y la protección de los perros y gatos, como se ve más que nada en las gráficas de este partido. ¿Puede un partido promover el veganismo como política pública? O más bien, ¿realmente le interesan los animales a este partido o es más bien que busca capitalizar al electorado sensible a la tenencia responsable de mascotas?
Este partido forma parte del pacto “Ecologistas, animalistas e independientes”, que suena atractivo, como otra coalición autodenominada “Izquierda Ecologista y Popular”, pero no hay sustento o respaldo de trabajo previo en materia ambiental de parte de sus liderazgos. El uso de estas etiquetas parece responder solamente a estrategias de marketing.
En nuestra propia comuna, Macul, hemos constatado que han proliferado los candidatos que se presentan como “ecologistas”, tratándose de personas que conocíamos antes de que levantaran sus postulaciones y respecto de las que ignorábamos que tuvieran compromiso alguno con la causa verde.
El único antídoto para el greenwashing o la “ecoimpostura” en el campo de la política es la información. En primer lugar, respecto de las candidaturas es importante identificar, sobre la base de los hechos, a las y los postulantes que llegamos al servicio público desde el lugar real del compromiso ecologista, como es nuestro propio caso, y que hemos trabajado generando acciones concretas orientadas a construir una comuna más verde. Ello es lo que hace una gran diferencia de las candidaturas que esgrimen una supuesta identidad verde como mero slogan de campaña.
En el ámbito de las fuerzas políticas, también es posible buscar antecedentes relevantes que permiten hacer la diferencia. Por ejemplo, la Federación Regionalista Verde Social (FREVS) es la única colectividad chilena que hoy integra la Global Greens, reconocida “Internacional Verde”, de la que forman parte los partidos y movimientos políticos verdes de las Américas, Europa, Asia y África.
El ecologismo y la causa verde es una de las más nobles banderas. Se propone defender todas las formas de vida y asegurar un futuro para la humanidad. Por consiguiente, no puede ser banalizada o reducida a intereses políticos de baja monta.
Por eso este 26 y 27 de octubre vota con información: elige los pactos “Verdes Liberales por una Comuna Segura” y “Regiones Verdes Liberales”, ambos integrados por el Partido Liberal y la Federación Regionalista Verde Social. El FREVS es una organización con trayectoria y un trabajo ecologista de verdad.
Publicado en El Ciudadano